Capítulo 11: El ataque del Alfa.
Minutos después.
En las afueras del pueblo de Susurros Nocturnos. Se alzaba la enorme carpa, en el interior, cientos de lobos de todas las edades… ¡Heridos!
Los llantos, las quejas, los gritos de dolor resonaban en el espacio; sobre las camillas de manera, con sábanas manchadas de sangre, los lobos sanadores de la manada se apresuraban a atender.
Un brillo púrpura resplandecía sobre la pierna rota de una cachorra de unos ocho años, que fue herida al caerle un bloque de piedra en los derrumbes.
La niña lloraba aferrada a las sábanas, Adalet sentía el sudor deslizándose por su cansado cuerpo.
Esa hembra rubia había perdido mucha energía, su magia tenía un límite por más que la dominara, era una híbrida no con poder ilimitado.
—Debería descansar, Luna… —le respondió uno de los hombres-lobos sanadores.
Adalet asintió, y salió de la carpa, en las afueras, algunos guerreros vigilando que no se acerque el enemigo.
La hembra levantó su mirada, sus ojos verdes puestos en la he