>>> Adalet:
Recordé ese momento de mi infancia…
Paredes de piedra, el calor de la chimenea que me envolvía como un abrazo cálido en esa mañana lluviosa de invierno.
Afuera, la nieve caía en copos suaves, cubriendo el mundo de blanco.
Recuerdo que estaba sentada a la mesa, con un libro abierto frente a mí. Sus páginas estaban llenas de símbolos extraños y letras que pasaban en mi mente mientras trataba de pronunciarlas en voz alta.
A veces, repetía las palabras, sintiendo cómo vibraban en mi pecho, como si cada sonido tuviera un poder oculto.
Mis ojos se alzaron y vi a un hombre en la esquina de la habitación.
Él llevaba una capucha negra que le cubría la mayoría del rostro, y una máscara gris que ocultaba su expresión. Sus guantes negros parecían absorber la luz, y aunque me sentía intrigada, también había algo inquietante en su presencia.
Sin embargo, cuando me miró, no pude evitar sonreír.
Era solo una cachorra… Le sonreí.
A su lado, había una bestia. Era como una som