Alfa Víctor Stone
Aunque nos estaban esperando, pudimos entrar al hangar y no caer ante su ataque, el cual era descuidado y poco débil, ya que carecían de entrenamiento como era debido, pero eso no les aseguraba el triunfo.
Mientras luchábamos y escuchábamos que los otros grupos entraban en la manada, note con espanto a algunos cuerpos de cachorros muertos, solo las hembras estaban vivas, pero encadenadas y con bolsas en sus cabezas. Junto a un grupo de mis machos, formamos un círculo de protección y de inmediato, mi gama Ciro, les quitaba las bolsas de la cabeza y trataba de quitarles las cadenas, pero al ser de plata, era algo que no sería muy fácil.
-alfa ¡cuidado!-escuche antes de que algo golpeara mi espalda y el dolor estallara, me habían herido con una puta espada de plata, estos no eran lobos o humanos, eran malditos cazadores, que se estaban uniendo a la batalla y de inmediato, dí el aviso a los demás.
-un alfa, llevaré tu cabeza y la dejaré en la entrada de mi bar-decía el macho, no podía identificar su aroma, pero de seguro no era totalmente humano. Cuando volvió a embestirme, lo detuve arrancándole parte del brazo.
-creo que iré a ese bar tuyo, de seguro será interesante la atención-dije y me transforme en mi lobo, de un mordisco le arranqué la cabeza y continúe luchando. Una vez tuvimos despejado el hangar, deje a unos guerreros, liderados por mi gama y me lleve al resto, sabía que la lucha estaba lejos de terminar y debía de ver, como estaba Cameron.
Me abrí paso en medio de una manada, que era solo una cascara de lo que una vez fue, muchas de las casas y dependencias estaban vacías y los únicos guerreros que luchaban en nuestra contra eran cazadores, algunos lobos mal entrenados y humanos, con un aroma extraño.
A lo lejos ví a Valentino, que luchaba ferozmente con Jorge Ramírez, el hermano del alfa Adrian, si las hembras decían la verdad, era el causante de tanto desastre.
-veo que estas lastimado vecino-dijo Cameron a mi lado, viendo la herida sangrante sobre mi lomo-será mejor que no te esfuerces, eres muy gordo para llevarte en brazos Víctor-dijo Cameron riendo.
-no te distraigas-gritó molesto el alfa Jeremy, que estaba cubierto de sangre y miraba furioso a Cameron-aún siguen viniendo y Valentino está desprotegido.
-entonces vamos a ayudarlo-dijo Cameron y fui tras mi amigo.
Tal y como dijo Jeremy, Valentino estaba rodeado, pero en pie, llegamos a él no sin antes sufrir algunas heridas. Habíamos tomado el control de la manada de momento
Los días pasaron y todo el caos originado por traidores, brujas y cazadores, fue tomando forma. Una forma retorcida que nos llevaba a viejos enemigos. Estaba cansado y tener a mi lobo siempre insistiendo en la loba encerrada, prisionera, sufriendo, me hacía descuidado. Fue por eso que tome una dificil decisión, la rechazaría y rogaría a la diosa que le diera una muerte rápida. Era de noche y estaba en la habitación que estabamos usando, me conecte con ella como había hecho antes, le pedí su nombre y lo deje grabado, haría una ofrenda una vez llegue a mi manada en su nombre. Luego sin ningún tipo de remordimiento la rechace. Esa noche no dormi bien, mi lobo estaba molesto y algo me decía que pagaría caro mi decisión.
Para cuando pudimos regresar a nuestra manada, estaba tan agotado que solo deseaba tirarme sobre mi cama y dormir. Ciro, a mi lado, no dejo que eso ocurra, llegamos a la manada y me puse a trabajar olvidando por completo el cansancio. Había que reestructurar patrullas y estar atento cualquier rouge, humano o señal de traidores en nuestros bosques.
-según lo que me han informado, la mayoría de las manadas han sufrido algún tipo de perjuicio-dijo el rey Remo-desde ahora tendrás un control más exhaustivo de tus miembros Víctor, tú manada es de las pocas que no fue tocada.
-lo mismo me preocupa, no sé si alegrarme de que me ignoraran o estar más pendiente de las actividades de los miembros de mi manada-le decía el rey.
-ni bromees con eso, quiero que trabajes con Cameron, ese lago no me da confianza, ya una vez estuvo repleto de enemigos. Busquen y luego me informan-ordenó el rey, tendríamos que postergar un poco más las mejoras a nuestras manada y volcarnos de lleno a las nuevas órdenes.
Al menos Cameron lucía mucho más tranquilo y feliz, dentro de unos meses podría tener a su luna ya establecida en la manada, es más, el alfa Jeremy vendría a la manada con un gran grupo, solo para ayudar en lo que fuera posible y así terminar las casas, el albergue y todo lo que le pudiera imaginar, que le hacía falta la manada, donde residiría su hija. Cameron había accedido, solo para calmar al alfa testarudo, que sería su suegro.
-¿qué pasó en la manada Amanecer?, y no me digas nada Víctor, nos conocemos lo suficiente para saber que no es el caso, desde qué despertaste ese trance extraño, no has sido el mismo. Te vi en la habitación así que no lo niegues- me preguntaba Ciro, justo cuando entraba a mi casa para darme una ducha. -realmente no era nada, solo un mal recuerdo tengo que eliminar, algo que vi cuando mi padre fue asesinado-solté tan fácil la mentira que parecía una respuesta natural. -¿algo de lo qué debamos preocuparnos?-preguntó Ciro directo y mirándome fijamente.-sí, necesito que empiecen a buscar algún alfa, que tenga alguna hija o sobrina agradable a la vista, dócil, sumisa, que no sea una puta o un cubo de hielo, nada de rangos bajos, quiero alguna hembra que me pueda servir para engrandecer nuestra manada, además de un trato beneficioso, pero hay que buscar bien. No quiero dejar entrar o acostarme con ninguna traidora y mucho menos, con quién esté actuando en contra del rey Remo-dije a mi beta y gama que me miraban preocupados.
-¿por qué ahora?-pregunto Ciro, sabía que no me creyó.
-quiero dejar de dormir en una cama vacía o recurrir a putas pagadas-respondí saliendo hacia mi habitación, donde me daría una ducha y luego marcharía a los bosques con la primera patrulla que encuentre. Necesitaba mantener mi mente ocupada, lejos de la imagen de esa hembra que había rechazado tan facilmente. Y que todo me llamaba a buscarla, por su perdón.
Las cosas no van para mejor, al morir una de las brujas del aquelarre que fluye, donde el alfa Travis, de la manada Garras, sufrió, innumerables bajas, sumado a las otras brujas, algunas de las principales del aquelarre del viento, involucradas en la traición, todo empezó a cambiar. Primero fueron pequeños detalles, cosas como comunidades más cerradas, no más festejos a la luna masivos, luego, los cambios fueron mucho más grandes, como aldeas emigrando completamente a manadas o desapareciendo de un rato para otro. Los caminos no eran seguros y mucho menos los bosques, sino contabas con protección adecuada.
Una vez más, desde la manada Sunrise, nos están pidiendo ayuda. Al parecer, la hija del rey vampiro Nicolai, terminó siendo pareja del hijo de Cael, algo que era una putada, ya que le daba más poder a ese bastardo y por alguna extraña circunstancia, esa hembra había sido capturada y todo indica que fue llevaba a la ciudad vampira.-se creó un grupo para ir a su rescate, está vez ni nos pidieron ayuda-me informaba Derek.
-¿y como te enteraste precisamente todo eso?, a nosotros nos han estado evitando de involucrarnos en algunos conflictos, algo que agradezco-pregunté confundido, estábamos lejos de todas esas manadas y más aún, de la ciudad vampira o del asentamiento de Tierras Malditas, pero que Derek supiera tanto me daba curiosidad. -a decir verdad, le pregunte al beta Roger, de la manada Sunrise, es una muy buena oportunidad para afianzar alianzas, así con nuevos contratos, recuerda que los guerreros del alfa Cael son muy buenos guerreros, casi como los de elite del rey Remo y además, los Sunrise, de la luna Morgan, tiene muy buena tecnología, sin mencionar que quedaríamos del lado bueno del rey vampiro-informaba estratégicamente Derek. -no me interesa meterme en ese lío, realmente no me interesa, pero lo que sí haremos, es un viaje hacia la manada Tierras Altas del alfa Crom, me hizo una invitación y es algo bastante atractivo para todos-anuncié a mi beta, que me miraba ahora con mucho más interés. -sería una de las mejores manadas para conseguir grandes convenios, además de ayuda por parte de los vampiros-comentaba entusiasmado mi beta.-algo que me interesa de los vampiros, es que tienen material del que podemos usar para empezar a mejorar nuestras defensas, si bien ninguno de ellos quiere vivir con nosotros, podemos usar sus recursos. En unos buenos contratos que nos ayudarán, algo que el rey Remo, ve con buenos ojos-dije a mi beta.
-entonces para que quede claro, ¿una vez más ignoraremos a la manada de la luna Morgan?- preguntó Derek. -¿cuál es tu problema con esa manada?, siempre estás preguntando y pidiendo que vayamos a esa manada ayudar ¿qué tienes ahí?-preguntó Ciro, mirando directamente a mi beta, eso era algo que tampoco se me había pasado por alto. -nada-dijo demasiado rápido Derek y nadie le creyó, pero yo también tenía cosas que ocultar y suponía que Ciro también, por lo tanto, lo dejamos ahí de momento. Cameron tenía su manada más que lista, habían llegado nuevos grupos de refugiados, algunos familiares de lobos, otros rouges, algunos escapando de las aldeas donde se prefería solo humanos, otros que habían decidido quedarse por ser médicos o tener alguna otra profesión u oficio que era útil, pero al ser atacados por los grupos de fanáticos y cazadores de forma constante, empezaron su marcha. Algunos emigraban a manadas más grandes, otros a manadas lo más lejos de sus aldeas de origen. Fue así como nos empezaron a llegar familias completas de humanos, mestizos, rouges, hasta los vampiros aumentaron por nuestro sector, solo que no a mi manada, la manada Tusk, no llegó ningún vampiro, esos pasaban de largo y terminaban en la manada de Camarón. Si bien nuestros ejercicios en común, entre los guerreros de ambas manadas, habían muchos vampiros, ninguno quería permanecer o pernoctar en mis tierras y eso era algo, que ya me estaba molestando mucho. -alfa, creo que tengo una idea, la cual nos podría servir-decía el sanador de mi manada, un omega que había llegado hacia un año escapando de cazadores. Como lo quede mirando, a la espera que continuara, agregó-sé que el rey Remo, tiene grupos de sanadores que ayudan se distribuyen por las manadas, pero también sé, que los vampiros están recibiendo doctores humanos. Cerca de la aldea donde vivíamos, había un pequeño grupo de casas, muy alejado de todo y sé que ahí vivían algunos humanos, que trabajaban en la salud. No sé específicamente a qué se dedicaban antes todos, pero sí sé que ayudaban a curar algunas heridas y algunas enfermedades, ¿podríamos ir tras ellos?, escuché que viajas a la manada Tierras Altas, el caserío de qué te habló, está muy cerca de esa manada-comentaba el sanador. -¿qué tipo de humanos son? y ¿qué tan cerca de la manada de Crom están?-pregunté curioso. -bueno, diría que a un par de horas de viaje, son solamente un par de casas, ellos estaban antes de llegar al asentamiento de Tierras Malditas, creo que hace muchos años ahí hubo una manada se llamaba Almafuerte y que fue destruida. Estos humanos decidieron utilizar las pocas casas que quedaron en pie, para evitar ser descubiertos-decía el sanador, tenía tanta información qué era muy extraño. -¿piensas que estarán vivos todavía? si no fueron asesinados por los cazadores ¿por qué no buscaron ayuda en la manada de Tierras Altas?-preguntaba mirando al sanador con sospecha. -bueno, porque ellos evitaban las manadas, le tenían cierta aprehensión a pertenecer a una manada, pero como las cosas han cambiado, podríamos convencerlos, es más, conozco un par de ellos-decía finalmente el sanador y allí estaba la razón. -¿a quién?-pregunté. -mi hija y su marido, ella es omega como yo, su marido trabajaba como enfermero en uno de los hospitales de los humanos, en la gran ciudad y nunca quiso pertenecer a una manada, es más, cuando se enteró que mi hija era omega, una loba, le preocupó más que ella resultará lastimada en una gran manada, ya que había escuchado, como algunos lobos desprecian los rangos inferiores-decía el sanador mirándome con cautela. -no me importa que tu hija sea omega, mestiza o humana, si sirve a la manada y me jura lealtad, la acepto a ella, a su esposo humano y a quien quiera. Tenemos que estar abiertos de mente-dije y me miró de reojo. -permítame ir con usted alfa, iré a buscar a mi hija, sé que está viva, la puedo sentir-decía el sanador. -que sí sea-dije y continúe mi camino hacia los campos de entrenamiento, si bien había flexibilizado el ingreso de muchos a mis tierras, yo continuaba con mi plan, tener una luna digna, fuerte nada menos, nada inferior.