Rowan
Alejarme de ella fue una tortura silenciosa. Una que no sabía que dolería tanto.
Cada paso que daba fuera de ese salón me quemaba por dentro.
Mi lobo me rasguñaba desde adentro, aullando su nombre con desesperación.
Me apoyé contra una de las columnas del pasillo, cerrando los ojos con fuerza.
Mi respiración era errática, y el control que había logrado recuperar hace apenas minutos empezaba a deshilacharse.
"—Déjame volver" —rugió Varek, como un huracán—. "Solo un segundo. Solo para abrazarla…"
Pero no. No podía complacerlo.
Tenía que darle espacio.
Tenía que mostrarle que no éramos solo impulso y colmillos.
Que también podíamos contenernos.
Esperarla.
Aunque eso nos debilitara poco a poco.
Me forcé a caminar por los pasillos, bajando la mirada, intentando no pensar en su perfume que todavía podía oler, en la forma en que temblaba cuando le rocé la mejilla.
Ella no me apartó.
No me besó… pero tampoco me rechazó.
Era poco, lo sé.
Pero para nosotros, era esperanza.
Me detuve junt