Lucian Azuleja
Me aparté del grupo sin decir nada.
Había ruido abajo. Gritos. las brujas estaban levantando la voz y Eiden tambien. . No sabía exactamente qué pasaba. No quería saberlo. Solo estaba pendiente de ella. Pesaba menos que una pluma. Su olor invadía mis fosas nasales. Jazmin y jenjibre. Tan delicada. Tenia un lunar en la mejilla derecha y sus labios eran rosa pálido.
La blusa manchada de sangre. Las mangas subidas. Las muñecas marcadas. El cuello con una línea roja. Parecía dormida. Parecía muerta. No supe cuál era la frase correcta.
La coloqué en la cama sin pensarlo mucho. La observé y noté que respiraba.
Me asusté. La puse contra mi pecho para cerciorarme de que estaba viva. Tan cerca que pude olerla. Tan cerca que pude besarla. No pensé. Lo hice.
Le posé un beso en la frente y dije:
—Siento que tengas que sacrificártelo por nosotros.
Se lo dije en voz baja, sin esperar respuesta. No quería que oyera mi voz rota. No quería que ella me viera así. Me aparté para abrir l