-¿Marceline?
La imagen que esa vez vi en el cuadro en el restaurante, ahora está aquí frente a mí "en vivo y directo", o bueno, no precisamente vivo. Cabello largo y rojo hasta la cadera, grandes ojos verdes, piel lechosa impoluta y una maraña de pecas espolvoreadas sobre las mejillas y el puente de la nariz. Tiene la misma aura tranquila que "emanaba" el cuadro.
-Hola.
-¿Cómo es que...? ¿Tú eras la que me observaba?
-Lo siento por eso, pero es que no podías verme todavía, aunque debías saber que estaba aquí.
-¿Por qué?
-Porque necesito hablar contigo.
-Está bien... Un minuto, ¿estabas mirando mientras nosotros...?
-¡No! Tranquila, no soy de ese tipo. Cuando vi que iban... bueno, tú entiendes, simplemente me fui y vine a esperarte aquí. Presumí que vendrías tarde o temprano.
-Ok... supongo que gracias por eso y, am... lo siento por lo de Tayler y yo. Sé que él era tu compañero y todo eso, sin embargo...
-Tranquila Angi, no estoy molesta en lo más mínimo, es más, me alegra que Tayle