De pronto lo recordé.
Yo… ya había visto esa solicitud de ruptura de vínculo.
Antes del Festival de Caza, la vi con mis propios ojos mientras Sofía la guardaba entre sus cosas.
Pero en ese momento no le di importancia.
Estaba demasiado emocionado por volver a ver a Isabella.
Demasiado confiado… demasiado ciego.
Y ahora… la solicitud estaba firmada.
Sofía solicitaba formalmente la disolución de nuestro vínculo de apareamiento.
El documento temblaba entre mis dedos mientras la marca que ella dejó en mí ardía como fuego vivo.
Me fallaron las piernas.Caí de rodillas.
Entonces vi la vieja caja debajo del escritorio.
La caja que juré nunca abrir frente a nadie.
Adentro estaban todos mis dibujos.
Esos malditos bocetos de Isabella,mi obsesión de toda la vida.
La caja había sido abierta.
Mi sangre se congeló.
¿Sofía lo había visto?
Con manos temblorosas, tomé cada hoja.
En el reverso… ahí estaban las frases que yo había escrito en mis peores noches.
“Querida Isabella, luces preciosa con ese ves