El grito agudo que rebotó en la mansión la arrancó del sueño pesado que la envolvía.
— ¡ Felix ! — gimió sentándose en la cama con el corazón acelerado.
— ¿ Qué ha pasado? — preguntó al llegar a la puerta de la habitación del pequeño.
— Shh. — él le hizo señas llevándose el dedo índice a los labios,mientras abrazaba al niño canturreandole despacio.
Mara esperó afuera de mala gana, escuchando como el canto se desvanecía en el silencio absoluto.
— Solo ha sido un mal sueño. — le dijo entrecerrando la pùerta para que dejar un rayo de luz.
— No tienes asunto alguno en venir aquí en el medio de la noche.
— ¿ Ah no? — protestó Dairon insultado.
— No, y mucho menos apestando awhisky. Yo soy su madre, yo debo cuidar de él. Tu eres solo... — Mara calló de golpe.
— ¿ Solo qué ?! Vamos, termina la frase! — gritó Dairon herido profundamente.
Mara bajó la vista al suelo.
— Solo soy tu esposo... solo un desconocido... solo el hombre que lo está criando.... solo el hombre que t