Llegamos empapados a la casa de Javier, me encontraba tiritando del frío, mi ropa estaba toda mojada, debido a la lluvia. Necesitaba cambiarme de ropa con urgencia porque si no terminaría con una neumonía
—¡Acompáñame, nos quitaremos la ropa mojada! —Mencionó Javier, lo miré y estaba igual de mojado que yo, pero a diferencia de mí, él sí se veía sexy, no me molestaba verlo de esa manera, cabello mojado, su camisa pegada a su cuerpo en verdad que tenía una panorámica muy sexy de su cuerpo. —¿Bell?
—Sí, si vamos —Subimos a la segunda planta y entramos a una de las habitaciones que allí se encontraban, justo en la suya y porque lo decía, porque al entrar sentí su fragancia, ese olor de su colonia que tanto me encantaba.
Javier corrió hacia otra puerta y a los pocos segundos salió con varias toallas en su mano —Toma, empieza a secarse, ahí está el baño por si quieres dejar tu ropa mojada
—Gracias —Tomé una de las toallas y me encaminé hacia el baño, lo primero en quitarme fue la blusa,