Mundo ficciónIniciar sesiónPOV Eunor
Bastián se durmió en la cuna tras un episodio de fiebre intensa. Eunor lo veló casi toda la noche. Buscó sus pañales y lo cambió, y no permitió que las sucias manos de la matrona lo contaminaran con sus malos presagios y sus patéticas supersticiones.—¡Es una maldición que nos corromperá a todos! —anunciaba.Eunor tuvo que pedirle amablemente que se alejara de Bastián por un tiempo, pues presentía que un día de estos lo estrangularía creyendo que le estaba haciendo un bien a la criatura.Tras la partida de Dalia, se había sentido medio vacía. La sirvienta era la única que, pese a su limitada educación, podía seguirle el ritmo y en ocasiones hasta tomar la iniciativa. Sin ella, la mansión se sentía desvalijada y en ruinas.Le c






