25. Humillación
Amber
Mi corazón duele al dejar a los niños dormidos, pero Martina me llama de nuevo. Sus gritos resuenan por la mansión, como si quisiera que todos supieran su poder sobre mí.
"¡Amber!" Su voz es cortante como una navaja. "¿Dónde metiste mi ropa nueva?"
Entro en el dormitorio principal para encontrar todo el guardarropa tirado en el suelo: vestidos de diseñador, zapatos italianos, lencería francesa esparcidos como basura. Martina está sentada en el sillón, con una sonrisa cruel en los labios pintados de rojo.
"Yo... los organicé por estilista, luego por color, luego por ocasión, como la señora pidió."
"¡Errado!" Se levanta en un movimiento brusco. "Pedí por estilista, después por color, después por ocasión. ¿Eres tonta o solo finges no entender?" Patea un vestido en mi dirección. "Empieza de nuevo. Y esta vez, hazlo bien."
Mis manos tiemblan mientras comienzo a recoger las piezas del suelo. Cada movimiento es observado por sus ojos de águila.
Alineo cada prenda en su clóset, dejando