102. Alianza peligrosa
Martina
El Sapphire Room seguía envuelto en un aura de sofisticación silenciosa, un espacio donde los secretos podían susurrarse sin riesgo de que resonaran. La madera oscura del mobiliario y las paredes de seda azul marino eran el marco perfecto para mi plan. Crucé las piernas, ajustando la tela de mi vestido Valentino bajo la luz dorada de la lámpara. El frío de la copa de Chardonnay en mis dedos era un recordatorio constante de que, incluso en el calor de la manipulación, la precisión lo era todo.
La puerta del restaurante se abrió y Peter Calton entró con esa confianza ensayada de quien siempre ha dependido más de la apariencia que de la sustancia. Su traje gris era impecable, pero su postura, por muy altiva que fuera, no lograba ocultar el malestar bajo mi mirada calculadora. Caminó hasta mí y se sentó sin pedir permiso, un gesto tan audaz como predecible.
«Señorita Ricci», empezó con voz baja y cargada de intenciones. «Esta invitación fue… intrigante».
Incliné ligeramente la cab