El enfrentamiento

La noche en el lago Windermere era un susurro helado, cargado de tensión y olor a pino húmedo. El crujir de ramas y el eco lejano de disparos aún resonaban en los oídos de Sophie, como un recordatorio brutal de lo que estaba en juego. Dentro de la cabaña, su respiración era errática mientras cerraba el armario con manos temblorosas. A través de la rendija, los ojitos aterrados de Liam, Noah y Alex la miraban con un silencio que desgarraba.

—No hagan ruido, ¿sí? —susurró, con una sonrisa temblorosa y la voz ahogada por el llanto que luchaba por contener—. Mami va a protegerlos. Pase lo que pase, los amo.

Se incorporó con rapidez, secándose las lágrimas con el dorso de la mano mientras apretaba con fuerza el mango de la lámpara metálica que aún sostenía como arma improvisada. En el salón, Logan estaba agachado junto a la ventana, su silueta recortada contra el resplandor rojizo de la chimenea. Revisaba su Beretta con movimientos precisos, la mandíbula apretada y los mú