Capítulo cincuenta y nueve: La dama.
(Al otro lado del océano)
—¡Señor!, ¡por favor venga! — la cara de asombro de la enfermera que tranquilamente cambiaba las telas de su cama comenzaba a dar brincos y a llamar de forma desesperada a su patrón al notar cómo esa bella mujer volvía a abrir los ojos lentamente.
Él entró asustado en la habitación y lo primero que hace es preguntar
— ¿Qué pasa?
La enfermera lo mira y levanta su mano apuntando hacia la cama, él sigue sus movimientos y por fin se percata de que ella está despertando, se acerca a la cama suave para no asustarla y con la voz tranquila y serena por fin habla,
— Hola pequeña, ¿puedes oírme?
Ella, adolorida, confundida; con la boca seca, intenta vocalizar algún sonido, abriendo sus labios lentamente; pero nada,
— Tranquila, no te esfuerces, ya habrá tiempo para que puedas hablar.
En sus ojos puede ver la confusión que la joven siente en ese momento, mira a la enfermera y le pide que llame al médico con urgencia, luego vuelve a mirar a la joven qu