Capítulo 95 —Solo un rasguño...

Narrador:

El ruido llegó como un trueno: gritos, botas sobre el mármol, vidrios que estallaban en el pasillo. De la calle, pasos y voces amplificadas; alguien gritó “¡DEA! ¡Al suelo!”. El reservado, apenas minutos antes recinto de poder, se transformó en jaula. Humo, luz intermitente, el olor punzante de pólvora.Sofía no dudó. Había gente que sacar, papeles que ocultar, el disco duro que debía irse como fuera. Corrió entre las mesas, señalando salidas, empujando a los últimos que dudaban. No era el momento de pensar, solo de actuar. Uno de los agentes, más al fondo, decidió flanquear por la izquierda, despejando el camino hacia donde Renzo daba las últimas instrucciones. Sofía lo vio moverse, rápido, con ventaja táctica. No podía permitirlo. Giró el cuerpo y disparó cruzado, apretando la mandíbula: la bala dio en el hombro del hombre, que gritó y se dejó caer, colapsando tras la barra. Un estallido la lanzó contra un pilar: el impacto la arrojó al suelo