Capítulo 94 —Tres hombres que rara vez se cruzaban
Narrador:
Franco se encerró en el despacho de renzo en la mansión, con Luigi de pie a un costado. Tomó el teléfono movil y marcó un número que pocos hombres en el mundo se atrevían siquiera a pronunciar y él estaba dentro de esos pocos hombres. El tono se repitió apenas dos veces antes de que una voz grave y conocida respondiera.
—Franco...
El Diablo. Franco sonrió levemente, aunque su voz se mantuvo seria, solemne.
—Roman. Ha pasado demasiado tiempo.
Hubo un breve silencio al otro lado, y luego un resoplido bajo.
—Cierto. Demasiado. Cuando me llama Don Franco Mansini, nunca sé si esperar un saludo o una trampa.
Franco ladeó la cabeza, acostumbrado a esa dureza.
—Si fuera una trampa, no usaría esta línea. Y tú lo sabes. Te llamo porque hay asuntos que nos atañen a los tres. A ti, a Santini… y a mí.
El Diablo no respondió enseguida. El sonido de un encendedor se coló en la línea, seguido de una calada lenta.
—¿Y pretendes que me siente