Capítulo 30 —Isabella
Narrador:
Renzo soltó una risa baja, ladeando la cabeza.
—¿Y por qué tanto interés en saber de mi esposa?
Sofía lo sostuvo con calma, el gesto imperturbable.
—Curiosidad. Nada más.
Él arqueó una ceja, con esa sonrisa peligrosa que nunca sabía si era broma o advertencia.
—¿Curiosidad… o miedo? —murmuró con voz ronca —¿Acaso la señorita Vanya teme enamorarse de mí y querer convertirte en la señora Santin?
La carcajada que soltó Sofía fue seca, cortante, sin un ápice de diversión.
—¿En serio? —replicó, con los ojos brillando de incredulidad —Ni que tuviera once años para creerme semejante estupidez.
El eco de esa risa le quedó en el aire como un reto. Renzo dejó que el silencio se instalara unos segundos y luego, con un gesto pausado, se recostó en el sillón. Estiró un brazo sobre el respaldo, como si se acomodara para algo que sabía inevitable. La sonrisa se desdibujó de su rostro, dejando en su lugar una expresión seria, casi sombría.
—¿Quieres saber sobre