Capítulo 185 —Necesito tu ayuda
Narrador:
Renzo salió del Vaticano con paso firme. Había dejado al Monseñor dentro, para que se ocupara de los trámites que, con suerte, se moverían rápido. El aire de Roma olía a piedra vieja y cansancio, pero en él había algo distinto: determinación.
—Nos vemos mañana, Renzo —dijo Grimaldi, con el maletín en la mano —Tengo que reunirme con gente y preparar los papeles. No te metas en líos, te lo ruego.
Renzo se inclinó un poco hacia la ventanilla.
—Monseñor, en esta ciudad, los líos me encuentran igual, aunque no los busque.
El cura resopló y se alejó, murmurando una bendición que Renzo fingió recibir con solemnidad. Y se perdió entre las calles romanas.
Llegó al hotel, dejó el abrigo sobre la cama y, antes incluso de encender un cigarrillo, tomó el teléfono.
Marcó el número de Sofía.
—¿Amore? —dijo cuando ella atendió.
La voz de Sofía sonó cálida, pero con un dejo de ansiedad.
—Renzo… por fin. Pensé que te habías olvidado de mí.
—Imposible —contestó é