Capítulo 184 —Ahórrese la penitencia
Narrador:
Renzo empujó la puerta del despacho parroquial con el mismo impulso con que enfrentaba una negociación. Monseñor Grimaldi levantó la vista de los papeles, con una mezcla de sorpresa y resignación.
—Renzo —suspiró —No esperaba verte tan pronto.
—Ni yo esperaba tener que venir —respondió Renzo, dejándose caer en la silla frente al escritorio —Así que dígame, Monseñor, ¿cómo va lo mío?
Grimaldi carraspeó, buscando el tono más diplomático posible.
—El proceso de anulación lleva su curso. Pero ya sabes, estos trámites requieren tiempo, validaciones… y discreción. Roma no se mueve con prisa.
Renzo se inclinó hacia adelante.
—¿Y cuánto falta para que se mueva?
—Bueno, técnicamente, aún no he podido enviarlo al tribunal eclesiástico. Estoy esperando algunas firmas, ciertos sellos...
Renzo se levantó despacio, caminó hasta la ventana y se giró.
—Prepare un bolso, Monseñor.
El sacerdote lo miró, desconcertado.
—¿Perdón?
—Nos vamos a Roma. —Renzo dij