Capítulo 101 —Quiero pedirte disculpas
Narrador:
Sofía abrió los ojos despacio. Todo le pesaba: la cabeza, los párpados, el cuerpo entero. El dolor en el costado era punzante, pero lo que más la confundía era esa sensación de calor en su mano. Parpadeó varias veces hasta que la vista se aclaró, y lo vio, era su padre. El Diablo estaba sentado al borde de la cama, con el ceño fruncido y los ojos rojos de no dormir. Su gran mano envolvía la de ella, firme, como si temiera que se escapara. Ella movió apenas los dedos, y él reaccionó de inmediato.
—Sofía… —susurró, inclinándose hacia ella. —La emoción en su voz la hizo temblar. El hombre implacable, el que todo el mundo temía, estaba allí convertido solo en un padre, roto por la preocupación. —Mi vida… —le acarició la frente con cuidado, apartándole un mechón sudado —Mi amor, ¿cómo te sientes? —Sofía intentó hablar, pero la garganta apenas le dio para un murmullo. Él le pasó la mano por el cabello, con una ternura que la desarmó. —No sabe