Los Alphas decidieron dejar realmente sola a su luna con sus amigos, ahora los celos de los príncipes estaba apaciguados, pues notaban que Benjamín no era un peligro, la misma Gala lo había dicho y las acciones de las jóvenes lo demostraban, no veían al vampiro como un “hombre” además se notaba que tanto la bruja, como el vampiro querían a sus compañeros, lo único que los mantenía alejados y que no les dejaba dejarse marcar, era la sobre protección que estos siempre habían tenido hacia ellos, mientras que a Alana lo que la alejaba de sus Alphas era lo contrario, el acoso y sufrimiento que paso la loba gracias a ellos.
Aun así, había algo que los estaba preocupando, y eso era el interés que aparentemente demostró Alana ante los dichos del vampiro.
— Ustedes… ¿creen que Alana aun piense en rechazarnos? — pregunto Edur en un susurro temeroso, como que el hecho de decir aquello en voz alta fuera una premonición.
— No, claro que no. — quiso zanjar de lleno Osiel. — Ella se ha entregado a n