El corazón de Alana latía con furia, sus pies golpeaban el suelo con desesperación mientras huía por su vida, o al menos así lo sentía, los gruñidos detrás de ella eran como un recordatorio constante de que estaba siendo perseguida, y que sus Alphas estaban cada vez más cerca, incluido Edur, aunque este trataba de detener a sus hermanos. La adrenalina corría por sus venas, pero sabía que en su forma humana no tenía ninguna posibilidad de escapar, la mansión parecía cerrarse sobre ella, y el temor de ser alcanzada la consumía.
La confusión y el miedo se apoderaron de ella, no solo como humana, sino también como loba, porque su lado animal, había creído que sus Alphas habían entendido que no debían marcarla sin su consentimiento, pero ahora se daba cuenta de que estaba equivocada. La ira y la desesperación se mezclaban con el temor, y Alana sabía que debía encontrar una forma de escapar antes de que fuera demasiado tarde.
Pero a cada paso que daba, la oscuridad de la mansión parecía cer