Capítulo 34. Misión de rescate.
El humor de Zinnia por alguna extraña razón empeoró al ver que el oso que estaba siendo codiciado no era Birgrem y tomó su forma humana, con una brusquedad excesiva les dijo a las mujeres que estaban ahí para liberarlas del santuario y unos minutos después el caos se armaba.
Las mujeres no solo no querían ser liberadas, al ver que el mrajoved se fijaba en la recién llegada y por supuesto darse cuenta de que quien ofrecía salvarles de aquel lugar era mucho más joven y bonita que ellas empezaron a ponerse furiosas no solo empezaron a insultar a Zinnia empezaron a lanzarles todo lo que tenían a mano.
Los reflejos de los cazadores son bastante buenos y ningún objeto que les lanzaban daba en el blanco, pero la situación empezaba a salirse de control, las mujeres humanas quienes no tenían muchos atributos de belleza convencionales (eran bastante feas), se estaban poniendo bastante agresivas y el oso empezó a disfrutar que las féminas del lugar pelearan por él.
Zinnia se harto y salió