Las risas de una pequeña figura llena la habitación de Sebastián mientras corre de un lado a otro, con mi gemelo persiguiendolo. —¿Por qué se están divirtiendo sin mí traidores?—llamo su atención. —¡Liz llegaste!–exclama mi pequeño Ángel y me abraza. Sonrió. —Sabes que siempre vuelvo.... jamás nos dejaría por nada— sonrió. —Venga liza, vamos a jugar— ruedo los ojos—¿Que? Estoy aburrido. Sebastián es como un niño pequeño cuando se trata de este pequeño que se abraza a mi pierna. —Sebastian dijo que papá y el irían a verte correr— asiento— yo quieor ir— suplica haciendo ojitos. —Mama ha dicho que no, es muy peligroso para ti y además te quedarás con la mamá de vale— miento, mamá ni sabe nada, alzo las cejas y el ríe. —Esta bien— susurra— pero cuando vuelvas me llevaras a comer helado— asiento. —Algo mejor... iremos a tu lugar favorito. —¡Siii! ¡Te amo mucho liz! —Yo más mi Ángel. **** 02/10/20. Daba vueltas por toda la oficina de Matthew, esto me estaba volvie
Mi motocicleta iba a toda velocidad, tenía el primer lugar, faltaba poco para llegar a la meta y bailar por otra victoria mas. Las calles por donde se realizaban eran oscuras, las únicas luz que nos acompañaba eran la de nosotros mismos. Siempre nos prevenimos antes de subir y competir, casos, rodilleras y coderas. Era la mejor protección.Sebastián y papá me apoyaban, por un micrófono que traía en mi oído, me indican cuánto faltaba y cual eran los movimientos que tenía que hacer.—Ya veo la meta Sebastián —digo con alegría y no recibo respuesta de su parte— ¡Sebastián, Sebastián!— exclamó y solo escucho un sollozo.—Liza—solloza—Lo siento mucho.—¿Que pasa Sebastián? ¡Ya me falta poco llegar!— exclamo.—El esta muerto— mi cuerpo se tensa.—Sebastián, si es otra de tus bromas no es para nada graciosa— apretó los dientes cuando habla papá. La meta está muy cerca.—El murió Eliza— habla papá y aceleró.—¿Quien mur
Empujaba a todas las personas que se atravesaban en mi camino. Me urgía llegar, ignorando los gritos de papá y Sebastián pidiendome que parara mientras corrían detrás de mi. Mis piernas estaban como gelatinas y llegue a caerme varias veces. No podía parar de correr, necesitaba ver su cuerpo y asegurarme de que no tenía ninguna oportunidad de vivir, una manera de salvarlo. Necesito aferrarme a algo o terminaría cayendo en una soledad, sin salida.Veía a mi madra tirada en el suelo mientras lloraba por su hijo, lloraba por mi Damián. Mi pequeño hermanito. No pude aguantar más y cuando llegué me agaché a abrazarla pero ella me rechazó. Dolía, dolía demasiado.—Mama—pedí en un susurro acercandome a ella.—Se supone que debías cuidarlo. Solo ibas a cuidarlo—mis ojos están rojos— se supone que era tu Ángel, aquel niño que hizo brillaras, el que te dio alas. Debías cuidarlo, debiste cuidarlo. Me fui y confié en ti Eliza. No era mucho lo que te pedía ¡Pr
Su cuerpo esta ahí, en una bolsa negra, su piel esta fría como el hielo, esta pálido y aún así se sigue viendo hermoso mi Ángel. En este momento quisiera ser yo la que estuviese ahí, en ese lugar y no él. Camino repasando y veo unos documentos al lado de su cuerpo. Causa de muerte: Infarto. Asma. Ahogó. Hora: 10: 10 Mi cuerpo se tensa, sabía que el sufría del corazón y hace dos meses fuimos al médico y le dieron un año más de vida. Trate de hacerlo lo más feliz que pudiera, trate de darle el tiempo más feliz de su vida. Corría en las carreras tratando de reunir dinero para poder llevarlo a la mejor clínica y conseguir un corazón para el. Podía salvarlo, pero cuando el se enteró no quiso. Era un niño muy inteligente para su edad, apenas tenía cinco años. Pensaba y vivía cada día sabiendo que su final estaba muy cerca. Mamá y papá hacían todo lo posible para conseguir dinero y en las carreras podíamos hacerlo. Pero su muerto no fue por eso. El tenía asma, y siempre tenía que d
Toco la puerta de mi la casa de mi mejor amigo, con la esperanza de que este. Necesito hablar con alguien. Un chico vestido solo con una sudadera abre la puerta y me mira con el ceño fruncido. –Eliza ¿Que haces aquí a estas hora de la madrugada?— pregunta y paso sin permiso. —El murió Miguel— el me mira y no es necesario que haga nada, ni diga nada. El me jala a sus brazos y me abraza, me abraza tan fuerte, el abrazo que necesitaba—¡El murió Miguel!, ¡El murió y nunca más mi volveré a ver!— sollozo contra su pecho. —Llora preciosa, llora todo lo que tengas que llorar y no te detengas— acaricia mi cabello— Siempre estaré aquí para ti. Así que llora, desahogate, pegame, gritame y haz todo lo que quieras. Pero hazlo preciosa, no te guardes eso— lo miro con adoración y también con irá. Me imagino la cara de david en él. —Te odio, te odio, te odio— pego con todas mis fuerzas en su pecho, mientras el aprieta los músculos. Le pego y le pego hasta que mis manos no pueden más. El me mir
Mi casa estaba llena de personas. Todas venían a dar el pasame por la muerte de mi Ángel. No quería que nadien me viera. No quería ver a nadie, quería estar sola. En silenció entro por la puerta trasera sin que nadie lo note, todas las personas están en el comedor y eso me da ventaja de subir las escaleras a mi habitación. Escuchaba susurros mientras subía las escaleras y cuando llego a él lugar de donde provienen me quedo viendo la escena.—Esto no va a funcionar más—dice mamá cerrando los ojos mientras papá hace sus maletas.—Lo sé, y mañana mismo me iré— las palabras de papá son como un balde de agua fría cayendo sobre mi.—¡No!— intervengo. Ellos me miran-–Por favor no—suplicó— Papá no puedes irte— miro a mamá— no puedes dejar que se valla mana por favor.–Lo siento liza—dice mama.—Papa— mi barbilla tiembla.—Tu madre tiene razón, esto no funcionará más pequeña—me lanzo sobre sus brazos y lloro sobre su pecho— la decisión ya esta tomando mi niña hermosa.—Por favor no—suplico—No
Mis ojos se abrieron de golpe cuando senti unas manos tocar mis piernas, y mi cuerpo. Sentía miedo y asco de verlo. Quería levantarme y quitarme a este hombre de encima. Pero no podía, era súper pesado, necesitaba gritar. Gritaba, gritaba tan fuerte que sentía mis cuerdas vocales desgarrarse. Sus asquerosas manos sucias tocaban mi cuerpo y tapaban mi boca, mientras desgarraba mi ropa. Me tenía presionada bajo su gigantesco cuerpo. Mordía su mano tratando de que me soltara, pero parecía no afectarle en lo absoluto. —¡Auxilio!— tuve la oportunidad de gritar cuando quito la mano de mi boca y quitaba mi short. Me tenía desnuda bajo de él. El me da una bofetada volteando mi rostro y volverme a callar con su mano— Por favor no— suplicaba entre dientes con su mano en mi boca. —Grita todo lo que quieras niña linda— susurraba mientras rompía mi camisa y besaba mi cuerpo desnudo— Nadien te escuchará. Me sentía impotente, quería ser lo suficientemente fuerte para quitarlo de encima mío. No
Un año después:Todos esperaban por mis palabras. Había pedido a todos que vinieran, porque quería decírselo en persona antes de hacerlo. —Me iré— trago saliva— Me iré del país.Todos me miran como si estuviera loca. Pensarían que es una broma o un juego, pero no lo era. Necesitaba irme y dejar de estar aquí. Su ausencia estaba presente en todos lados. —¿Estas loca liz?—pregunta Sebastián.—No Sebas, me iré por un tiempo.—¿Cuanto tiempo?— pregunta mamá.—No lo sé mama, unos meses, no lo sé, solo necesito irme—cierro los ojos— Necesito paz, tranquilidad mamá y nada va a detenerme. Necesito irme y tratar de superar esto— golpeo mi pecho.Me iría, me iría con Claris, necesitaba un psicólogo y ella era perfecta. Mi abuela Claris era la mejor psicóloga y con ella me sentía bien. Por lo menos eso creía.Mamá me abraza y yo me dejo abrazar. Algún día quizás lo supere y pueda estar bien.****Estaba haciendo mucho frío, el tiempo estaba nublado y el césped estaba húmedo. Había pasado toda