Las risas de una pequeña figura llena la habitación de Sebastián mientras corre de un lado a otro, con mi gemelo persiguiendolo.
—¿Por qué se están divirtiendo sin mí traidores?—llamo su atención.
—¡Liz llegaste!–exclama mi pequeño Ángel y me abraza. Sonrió.
—Sabes que siempre vuelvo.... jamás nos dejaría por nada— sonrió.
—Venga liza, vamos a jugar— ruedo los ojos—¿Que? Estoy aburrido.
Sebastián es como un niño pequeño cuando se trata de este pequeño que se abraza a mi pierna.
—Sebastian dijo que papá y el irían a verte correr— asiento— yo quieor ir— suplica haciendo ojitos.
—Mama ha dicho que no, es muy peligroso para ti y además te quedarás con la mamá de vale— miento, mamá ni sabe nada, alzo las cejas y el ríe.
—Esta bien— susurra— pero cuando vuelvas me llevaras a comer helado— asiento.
—Algo mejor... iremos a tu lugar favorito.
—¡Siii! ¡Te amo mucho liz!
—Yo más mi Ángel.
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02/10/20.
Daba vueltas por toda la oficina de Matthew, esto me estaba volvie