La luz fría de la madrugada se colaba apenas entre las rendijas de la ventana, dibujando líneas quebradas sobre la pared de nuestro pequeño apartamento.
Yo estaba sentada en el borde de la cama, sintiendo cada latido de mi corazón, como si fuera un tambor que marcara la cuenta regresiva de algo que estaba por estallar.El silencio era absoluto, salvo por el leve tic-tac del reloj y mi respiración acelerada. Esperaba que Ethan regresara, aunque en el fondo sabía que lo que esperaba era demasiado.Habían pasado dos días desde aquella discusión que nos dejó a los dos al borde del abismo.Dos días en los que el eco de sus palabras resonaba en mi cabeza: “Voy a intentar cambiar.”Era una frase pequeña, frágil, pero con un peso enorme.¿Podría ser verdad? ¿O solo otra mentira más para distraerme mientras él se hundía aún más?Justo cuando empezaba a cuestionarlo todo, la puerta se abrió con un crujido.Él entró, con pasos inseguros, con el rostro