En la mañana desperté a raíz de una leve sacudida por parte de mi madre.
- Lía, buenos días, levanta ya porque si no llegaremos tarde.
En medio de refunfuños y quejidos levante mi cansado cuerpo, hace tiempo no tenía esta sensación de desgaste, debe ser por lo de anoche, pero si soy sincera no me lo esperaba.
- ¿Qué te sucede hija, te sientes bien?
- Si ma, es solo que amanecí un poco decaída, pero de seguro fue por el ajetreo de ayer.
Ante este comentario mamá se rio dulcemente, deposito un gentil beso en mi frente y salió en dirección a la cocina. Muy en el fondo deseaba contarle a mamá todo lo que paso, pero también soy consciente de que le cuesta asimilar mi mundo. Por ello prefiero obviar ciertas situaciones. Luego de estos meses puedo decir que el mundo de las sombras no es apto para cualquiera, gracias a esto comprendí porque solo ciertos humanos tienen dones. Son personas especiales, con mucha fuerza espiritual y física. Al cabo de unos minutos decidí tomar un baño, nada mejor