Horas después Miriam y Axel se encontraba en la cabaña, había corrido entrenado en el saco de boxeo, le enseñó lo básico sobre rastreo y encontrar el aroma y escecia de algo o alguien. Luego en la cabaña habrían almorzado y Axel había salido diciéndole a ella que cuando volviera le traería algo delicioso. Durante este tiempo Miriam no había estado ociosa había dormido la siesta estaba molida, pero luego paso las dos horas restantes practicado los ejercicios de respiración y control mental que Axel le había enseñado en la mañana.
Ahora la tarde caía sobre la cabaña, tiñendo el cielo de naranjas y púrpuras. Y ella estaba sentada en los escalones de porche esperando la llegada del hombre.El aroma a tierra húmeda y pino los envolvía haciéndole sentir completamente en paz, vio a Axel acercarse por el sendero se incorpora y le saluda con la mana.
—¡ Axel!
Vio como su rostro se relajaba y le devolvía la sonrisa y ajitaba una bolsa. Mientras se acercaba con una mirada traviesa.
—Si adivin