Axel Marino apagó su teléfono después de la explosiva llamada de su hermano y se dejó caer de nuevo en la cama, mirando al techo sin ver. La noticia de que Lara había regresado, y en ciclo de calor, no era solo un acontecimiento; era un terremoto que sacudía los mismos cimientos de su mundo y le traía un alusión de recuerdos dolorosos.Su pensamiento voló hacia Vincent. Hacia la trágica ironía de su destino. El heredero, el más fuerte, el destinado a tenerlo todo... y sin embargo, el que más había perdido. Axel había estado allí, había sido testigo de todo. Había visto cómo el primer celo de Vincent, una tormenta feroz de instinto y testosterona, se había centrado en la frágil figura de Lara, quien por entonces era apenas una adolescente. Vincent, el futuro Alpha, había tenido que ser encerrado y sedado por su propio padre para evitar que cometiera un error terrible o que, peor aún, se rompiera al no poder reclamar lo que su bestia ya consideraba suyo. Y luego, justo cuando Lara flor
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