Capítulo 12. Deseo involuntario.
Capítulo 12. Deseo involuntario.
Francesco se detuvo en seco al cruzar el umbral de la recámara, la imagen de Catalina completamente desnuda en el centro de la habitación lo petrificó.
La sábana que llevaba consigo se deslizó de sus manos sin que él pudiera evitarlo, cayendo al suelo con un golpe sordo que apenas registró.
Su mirada, involuntariamente atraída, se posó sobre la curva suave de sus pechos y los pezones erectos que parecían apuntar directamente hacia él, una visión de una vulnerabilidad y una sensualidad desinhibida que lo dejó sin aliento.
Al percatarse de la presencia de otra persona en la habitación, Catalina retrocedió instintivamente, con el cuerpo tensó y la mirada llena de temor.
Su voz, quebrada por la angustia, apenas fue un susurro desesperado:
—Por favor, por favor, no vayas a abusar de mí. No soy una cualquiera —repitió con una premura que dejó petrificado a Francesco.
El ruego desesperado de Catalina le retorció el corazón a Francesco. Apartó la mirada de inme