Salí sosteniendo mi maleta, cubriéndome del frío de la noche y un taxi me esperaba para llevarme a la estación de autobuses. Entré al auto, observé por última vez la granja al fondo con sus grandes ventanales y jardines; y suspiré recordando todo lo que en pocos días había pasado; y por supuesto, a Liam Parker. Pero ahora la granja debía ser parte del pasado y él también.
Reencontrarme con mi abuela había sido fácil, pero no tanto como me imaginaba. Estaba agradecida por su ayuda; y aunque me iba con muchas dudas, era mejor así. No saber nada era lo correcto.
Recorrí en el taxi algunos minutos, el chofer me ayudó con mi equipaje, le pagué y entré al terminal para buscar un techo y calor por algunas horas. Había tomado la decisión de irme de la granja; y de qué valía esperar un poco más, si podía esperar acá.
Me senté junto a otras personas que esperaban los autobuses; y cuando casi amanecía, fui a los baños para cambiarme. No era el mejor lugar para vestirme y llegar a mi nuevo empleo