Aún en mi despacho, mi hermana me llamó para recordarme el evento en el Hotel Gran Legras. Antes era el primero en asistir a esos eventos y el último en irme. Disfrutaba de esos momentos que me llevaban directamente a lo prohibido.
―¿Entonces, Liam? ¿Vas a ir?
―¿Por qué tanta insistencia?
―Es que Alicia no está y sería agradable compartir un poco. Así no estás solo.
―No lo sé… Y estoy bien…
―¡Vamos! Mamá dijo que quiere ser tu acompañante y papá no quiere ir. Será perfecto ¿No te parece?
―Te confirmo después…
Colgamos la llamada y permanecí algunos minutos envuelto en mis pensamientos; esos pensamientos que muchas veces intentaba alejar de mí, pensamientos del hombre que fui en el pasado. La verdad es que quiero ser diferente, no el resultado que diseñó mi padre, pero hay mucho más de lo que tampoco estoy orgulloso.
No soy perfecto, no pretendo serlo, pero lucho cada día con las distintas emociones que quieren salir sin control; y algo que he intentado ocultar y que considero parte de