Tribu.
Alexander obedientemente comió lo que le habían traído.
La verdad era que no había disfrutado la comida, lo único que deseaba era saber y poder entender qué era lo que había pasado.
Según sus recuerdos, hacía solo unas horas había hecho suya a su compañera, pero ahora resultaba que habían pasado dos días y Daría se había marchado de la manada.
—Por favor, hablen ya —pidió a modo de súplica.
Los padres de Alexander se sentaron, en la cama cerca de él.
—Sé que todo esto debe ser difícil, hijo, pero debes tomar las cosas con calma —le habló su mamá para tranquilizarlo.
—Con Daría han pasado una serie de cosas, cosas que aún no hemos logrado entender, estamos investigando, pero aún no logramos encontrar nada —empezó el alfa William.
—El día de la transformación de Daría, varios espectros ancestrales aparecieron, uno de ellos parecía conocerla desde antes e incluso mucho antes de lo que podemos imaginar—agregó la luna Míriam.
—Todos ellos la adoraban como si, se tratara de un ser superior,