LAURENTH
La música llenaba el salón, las risas y los vítores aún resonaban después de la coronación. Todos bailaban, celebrando con alegría. Yo me dejaba llevar por los brazos de Kael, perdida en el brillo de sus ojos dorados. Todo parecía perfecto, pero algo dentro de mí no lo estaba.
Alya había estado demasiado callada.
«Alya…» llamé en mi mente. Pero mi loba no respondió. Desde la noche anterior, cuando ella corrió y se apareó con King,, había permanecido en silencio.
Kael acarició mi cintura, inclinándose a mi oído.
—¿Qué pasa, amor? Te noto distraída.
Mordí mi labio inferior, nerviosa.
—Es que Alya… ha estado muy callada. Creo que King la dejó sin habla.
Kael entrecerró los ojos, y algo en su expresión cambió.
—King ahora está preocupado, amor.
—Yo también, Alya nunca está tan callada.
Él me apretó un poco más, mirándome con intensidad.
—Cachorra, ¿pasa algo? —su voz resonó en la unión de nuestras almas.
Finalmente, mi loba respondió, débil.
«Lau… yo… no lo sé…»
Kael frunció el c