Lo nervios eran algo que no podía contener. Trataba de respirar profundo mientras mi pies no dejaba de golpear el piso como taladro de manera persistente.
Damián colocó su mano sobre mi pierna finalmente calmándola. Sonrió y acarició mi mejilla.
—Tranquila, todo estará bien mi cielo.
Nos encontrábamos a la espera de los resultados del examen de sangre. La puerta se abrió y una enferma salió con una cálida sonrisa.
—Señorita Olivares, puede pasar la doctora Díaz la espera.
—Gracias.
Me levanté, Damián enredó su mano con la mía y le seguimos el paso hasta el consultorio donde una mujer bastante joven nos recibió.
—Bienvenidos —Se levantó extendiéndonos su mano —. Soy la doctora Amanda Díaz, pueden tomar asiento.
Ambos nos sentamos y ella toma su lugar. Abre finalmente la hoja de resultados y luego me la entrega.
—Los resultados confirman la sospecha, usted se encuentra en la dulce espera. Felicidades.
No entendía en absoluto nada de lo que decía la hoja, solamente el "Positivo"