Darius llegó ya casi al amanecer, con Kassandra a su lado, sintió un nudo en el pecho al ver a Dina y Tanya. Sus abrazos, su dolor compartido, le recordaban lo que él nunca tuvo.
Andrea no se despegaba de él. Su mano apretaba la suya, como si temiera que se rompiera, Darius bajó la mirada, no volteó a verla, no podía.
El funeral de Dionisio Damasco comenzó al mediodía, los hermanos Damasco cargaron el ataúd. Claire lloraba en silencio, sostenida por Donatello.
Dina sollozaba, aferrada a Tanya, su dolor era inmenso, nadie podía consolarla.
Al otro lado del cementerio, el funeral de Vitto Santori también se llevaba a cabo, los Santori, tampoco quisieron esperar, así que movieron sus contactos, pagaron sobornos. El cuerpo de Vitto fue liberado rápido, como el de Dionisio.
Dos familias, dos ataúdes, dos duelos, cuando los sepelios terminaron, los Damasco y los Santori se cruzaron en la salida. El aire se volvió denso.
Arien Santori, con los ojos rojos de furia, caminaba al frente. Su madre