Emmanuel
Alexey quitó a Óscar del cuerpo golpeado y desnudo de mi hermana. Los golpes para el agresor fueron inclementes, el primo era una mole de fuerza; si tenía un motivo, era una máquina aplastante. Le dio puño tras puño. Samuel llamó a nuestros padres mientras yo le prestaba atención a Mapa.
Egan al ver que el ruso lo estaba matando, empezó a separarlo para evitarle un problema de cárcel por asesinato. Era mejor no matar a ese hombre. No podíamos darnos el lujo de que volvería de nuevo, aunque hubiera una razón. Era mejor que no se dañara su vida y menos por un ser como Óscar.
—Princesa, aquí estoy. Mírame.
Mi hermanita temblaba, tomé la sábana y la cubrí, tenía hematomas en su rostro, en sus uñas tenía carne, imagino su batalla en defenderse mientras…
—¡Necesito los videos de las cámaras! —Samuel era quien mantenía la cordura.
—¿Fuiste violada, manita? —María Paula, al ser consciente de que era yo quien le hablaba, se desmayó.
—¡Alexey! ¡Saca a Mapa de aquí, por favor, llévala