Egan
No era nada de gravedad, según dijo el médico; tenía la ceja partida, el labio hinchado y una fuerte contusión en el lado izquierdo; mañana saldrá el moretón a un lado del rostro. Puede que no sea de gravedad, pero esta mierda dolía con cojones. Nunca me había accidentado gracias a las oraciones de mamá, pero no tenía nada más por hacer que interponerme. De lo contrario se hubiesen llevado a mí Rizos y a Angélica.
Estábamos en la acera de la calle. El brazo izquierdo era el más afectado por recibir el impacto del carro cuando intentaban escapar. De la fuerza ejercida, impacté contra la puerta del auto. En ese momento no me importó nada más que salvarlas, el miedo de que si no me interponía le pudieran hacer daño.
Mis amigos estaban peleando con los hombres que salían y salían de la nada. Debíamos pagar el auto que arrastré con el mío, ese también quedó de chatarra. Pero no se llevaron a las chicas. Rubí llegó a mi lado. Euma le dio espacio para que pudiera ayudar a su hermano a