María Paula
Virginia no sabía qué más hacer para calmar a Haim y bebiera la leche de pote. El bebé la botaba, llevaba más de una hora intentando hacer comer al niño sin tener éxito para que bebiera al menos una onza.
—Déjame intentarlo. —Para ella debía de ser muy fuerte la situación.
Eugenia era atendida por un médico que envió Egan con Cassandra. David le pidió al doctor que le recetara un calmante a Virginia. Tener a dos hijos en peligro y a su nieto llorando por hambre, no era para menos. Hace unos minutos hablaron con Alejandro, quien se vendría con Eros. Carlos lo puso en contexto de todo.
» Ya, mi amor. —Me alejé arrullándolo, me senté en el balcón de la habitación y con paciencia comencé a darle el biberón—. Mami, no demora, por eso debes ser un bebé juicioso, tranquilo y obediente. Mira cómo se encuentra tu abuelita, está triste porque no quieres comer. A la tía le vas a recibir. ¿Cierto?
Haim rechazaba la leche, la botaba, pero algo debía ingerir. El bebé, ante mi calma, par