Eugenia María
Cada vez me costaba más levantarme de la cama. — Sentía un peso enorme en mi cuerpo. No quería hacer nada, nada, la verdad, nada. Desde la separación… El modo en como quedó todo… En dos meses será mi cumpleaños número veinte. —Había hecho tantos planes en mi mente para ese día con mi esposo y con mi hijo.
Tantos planes y en la realidad no pasó nada, deseaba tanto vivir la versión de mis pensamientos. Donde tenía un matrimonio como el de mis padres, con hijos preciosos, porque Egan era divino. Quería estar en ese mundo, no en el que debo enfrentar cuando abría los ojos.
Ahora no tenía idea de esta nueva sensación, era muy rara, me quemaba por dentro, era como si algo hirviera… ya no tenía a mi hijo y tampoco a Egan… «Tú lo dejaste ir». —Que se calle la maldita conciencia—. Perdí todo el rumbo desde la pérdida de mi hijo. Ese dolor no quería volver a vivirlo. Tocaron a la puerta.
Tenía días encerrada en mi habitación. Comía porque Liliana me obligaba con amenazas de que ll