El ansiado momento llegó, pero Alexa nunca notó el olor de Ícaro, lo que lo dejó desconcertado y a su lican muy dolido. Ahora estaban más que seguros de que ella era su pareja destinada, pero algo había pasado que no le permitía sentirlos y eso les causaba un profundo dolor.

El futuro alfa estaba desconcertado y furioso, estaba seguro de que algo debía de haber pasado, o peor aún algo debían de haber hecho para que Alexa no pudiera sentirlo, pero él no les permitiría salirse con la suya, esa cachorrita era de su propiedad y no iba a dejar que nadie se la arrebatara, ahora solo tenía que pensar la manera de deshacerse de su supuesto compromiso y casarse con su pequeña lobita, ya que Alexa era hija de una loba y no una licántropa, por lo que ella era, para muchos allí, un ser débil.

El tiempo se iba terminando de a poco, los acontecimientos se precipitaban y era imperativo tomar acciones para evitar cualquier tipo de contratiempos. El compromiso no se había efectuado de manera formal,