El aire frío de las montañas rodeaba el santuario de la sombra, como una constante presión que se sentía tanto fuera como dentro de sus muros. El grupo había estado allí durante días, explorando las ruinas y buscando respuestas sobre el linaje de Tara. Sin embargo, lo que habían descubierto hasta ahora solo había hecho que la sensación de peligro y misterio se incrementara.
Tara caminaba por el pasillo oscuro, su mente llena de las visiones que había tenido. Había algo en ellas que no dejaba de inquietarla. Algo que la conectaba con el cristal que había tocado, pero aún no sabía qué. Los ecos del pasado resonaban en su mente, pero faltaban piezas, respuestas que aún no lograba reunir.
Rhidian la observaba en silencio mientras caminaba hacia una de las estanterías de la biblioteca del santuario. El lugar estaba lleno de antiguos registros, algunos tan polvorientos que parecía que nadie los había tocado en siglos. Alaric estaba sumido en la lectura de uno de los pergaminos, mientras Kae