Salvatore llegó a Madrid, ya lo esperaban en el aeropuerto y fue directo a la mansión Rinaldi.
— Madre, padre. — Saludó a Kiara dándole un beso en la frente y a su padre un frío abrazo.
— ¿Cuál es la urgencia madre?
Kiara lo miró y caminó de un lado a otro.
— Hijo. ¿ Como es eso de que te has casado? ¿ Como es que te casas y no somos partícipe de tan gran evento?
Salvatore miró a su padre y luego a Kiara.
— Yo sé que eres adulto, y que sabes lo que haces. ¿Pero un matrimonio así de repentino?
— Lo siento madre, paro cuando nos casemos por la iglesia, entonces será una gran recepción entre las dos familias.
— ¿Y que familia es? — Interrogó Donatello.
Salvatore lo miró, como escudriñando en esa pregunta.
— Cuando viajen a la hacienda se las presento.
— ¿ Y cual es el misterio? ¿ Por qué no nos dices que es?
— Padres, soy adulto y se escoger a mi esposa.
Salvatore habló seguro de que así entenderían y no seguirían con el interrogatorio.
— ¿Solo para eso me hicieron venir? ¿ Esta er