La cena fue servida en el jardín, y así pasó la hora de la comida entre conversas y risas, en un ambiente lleno de armonía, sintiendo en sus corazones la calma que necesitaban sentir desde hace muchos años.
— Abuelos, mañana iremos de pesca, ¿Verdad?
Francesco miró a Salvatore, esperando una respuesta.
— Si mi abuelo no tiene compromisos, iremos de pesca.
Francesco sonrió y respondió.
— por supuesto que no, y si los tuviera los cancelaría, quiero ir de pesca con mis nietos, así como lo hacía con tu....
— Francesco se quedó estático al ver por donde iba el hilo de sus palabras, Salvatore terminó la frase.
— Con mi padre, me perdí de mucho, pero en otra ocasión iremos los cuartos a pescar, abuelo ¿Te parece?
— Siempre lo soñé, nieto, siempre.
— Bien mañana iremos de pesca.
— No quiero quitar tu tiempo de trabajo, es media semana.
— Como dijo mi abuelo, y si hay compromisos los cancelo, no se diga más.
Las horas pasaron, y cada uno fue a su habitación, Amaranta llevó a los Rinaldi a la h