Salvatore despertó, se duchó y salió esa mañana en busca de sus pequeños que esperaban por él para llevarlos al colegio, llegó y los grandes portones de la villa estaban con seguridad,
El encargado se acercó y vio que era Salvatore quien estaba ahí esperando.
— Buenos días señor De la Rosa.
— Hola Ciro, ¿Me dejas pasar por favor.?
— Lo siento señor De la Rosa, pero estoy dejando todo en orden, los señores salieron de viaje.
Esa noticia fue como un valde de agua fría para Salvatore.
— ¿ Como que se fueron de viaje? ¿ a donde? ¿ cuando regresan?
Las preguntas eran una tras otra.
— No lo sé señor, solo me llamó el doctor Xavier para darme instrucciones de la seguridad de aquí.
Salvatore caminó de un lado a otro intentando comunicarse con Amaranta.
— No es posible, como es que se va sin decirme nada, como es que se volvió a llevar a mis hijos.
Subió al auto y regreso al departamento, subió tan rápido como podia, y tomó el ascensor, llegó al piso, y lo primero que hizo fue ir a su portátil