Apenas crucé la puerta del despacho, mi padre se puso de pie. Sus ojos brillaron al verme. Caminó hacia mí con decisión y me abrazó con fuerza, como si pudiera protegerme del mundo entero. Luego, con una ternura que me desarmó por completo, besó mi frente.

Cerré los ojos al instante.

FLASHBACK

Estaba en la empresa, sentada en mi oficina. Tenía un proyecto entre manos que llevaba semanas perfeccionando. Había dormido poco, comido mal, y soportado los intentos desesperados de Brittany por convencerme de aceptar la propuesta de Cristian.

—Si no aceptas ahora, vas a perderlo. ¿Qué mujer en su sano juicio le dice que no a un hombre como él? —me decía ella, cruzada de piernas frente a mi escritorio.

Yo solo asentía en silencio. No porque estuviera de acuerdo, sino porque no tenía energía para discutir.

Mi secretaria entró sin tocar. Su rostro estaba pálido.

—Señorita Kendall… su padre... tuvo un accidente. Acaban de llamar. Está… está muerto.

El aire se fue de mis pulmones. No rec