VI. Necesito ver a la pelirroja con otros estilos

- ¿Presidente, me está escuchando lo que le estoy reportando del nuevo proyecto?- me pregunta la secretaria Monroe, sacándome de mis pensamientos

- Déjeme los documentos aquí y yo los reviso después- le digo pasando mi mano por el entrecejo con pesadez. Admito que he estado un poco entretenido y también saturado de trabajo. Ella hace lo que le pido y sale de la oficina.

Me recuesto en mi cómoda silla de cuero negra de oficina y la giro para quedar frente al cristal del piso al techo, que da a unas impresionantes vistas de Manhattan.

Desde el día que llevaron el cuadro, muy bien empaquetado y protegido, a mi departamento, enseguida pedí que lo colocaran en mi oficina privada. Afortunadamente, la Srta. Monroe no estaba en mi casa a esa hora de la noche.

Una vez fijado a la pared y que los técnicos se fueron. Me dispuse a ver con detenimiento, por lo que había pagado una sustanciosa cifra de dinero.

Al ampliar tanto la fotografía, todos los detalles que antes no eran tan visibles, ahora salían a la luz.

No es que sea particularmente adicto a las pelirrojas, pero tengo que admitir que el contraste de la cremosa y blanca piel, con el encendido y ondeado pelo rojo, además de ese detalle, de mostrarte hasta el límite, pero nunca llegar a ver todo el paisaje totalmente, le daba mucha morbosidad y misterio al asunto.

- Hola Williams, ¿cómo has estado?- agarro el móvil y marco el número personal de mi amigo.

- Todo bien, ¿qué sucede que me estás llamando así de repente?- me pregunta y lo escucho tecleando, así que debe estar en la compañía de su familia- ¿en qué puedo ayudar al heredero de la familia Kingsley?

- Te llamo, porque recuerdo que entre las ideas que tenías en mente, una de ellas era que las personas que solicitaban las fotografías, podían estar presentes en la sesión de fotos e incluso, hacer demandas en ese momento, por supuesto que no se saliera de lo establecido en el contrato y que los modelos dieran su consentimiento- le recuerdo ese punto que me pareció muy importantes en los futuros planes de desarrollo, pero que aún no se había implementado.

- Si a mí también me parece muy interesante, pero la verdad es que no he encontrado aún a nadie, para hacer el experimento- me dice- incluso se preparó el cuarto especial para que el cliente viera la sesión con total privacidad, solo faltaría ver si es factible.

- Creo que va a gustar mucho esa idea- le digo pensando en esa experiencia- me ofrezco como conejillo de indias, ¿qué te parece?

- ¿Tu compañía tiene tan poco trabajo, que te veo aburrido?- me pregunta burlón.

- Bueno, digamos que sí estoy aburrido y quiero desestresarme con algo, además qué mejor que el futuro jefe para probar la rentabilidad de los servicios que ofrece mi empresa- le respondo entretenido mirando el infernal tráfico en las calles.

- ¿Tu empresa?, hasta donde yo sabía aún te lo estabas pensando- agrega sin dejar de trabajar en el teclado ni por un segundo.

- Bueno, para qué fingir más y jugar a hacerme el duro, si ambos sabemos que me hiciste la cama porque sabías que iba a caer completo en tu trampa- le digo con burla- Dile a tu secretario que me envíe el contrato directo a mi correo electrónico, lo reviso y lo firmo.

- Está bien- me dice y luego agrega- Ya que quieres experimentar de primera mano, ponte en contacto con la subdirectora del estudio para que veas todos los detalles de confidencialidad y demás, porque supongo que no queras que todos sepan que andas por ahí de mirón en una sesión de fotos para adultos- agrega divertido.

- Bueno, no será lo más terrible que he hecho en la vida, pero la verdad es que no quiero que mi abuela siga dándome sermones todo el día- le digo por qué lo menos que quiero es tener a la Sra. Elba de nuevo tocándome los limones y sacando a relucir toda la gloria familiar.

- Bien, te puedo asegurar que la subdirectora, es de mi entera confianza, te va a asesorar en todo y programará la sesión de fotos, no te pongas creativo en tus pedidos, por favor – me pide bromeando, ni que yo fuera un depredador sexual - ya cuando termines, me cuentas como fue la experiencia y si crees que va a resultar atractiva para los demás clientes.

- Claro, por supuesto- le respondo y ya tengo en mi mente a la modelo que quiero ver posando para las fotos. Necesito desestresarme de tanto trabajo y qué mejor que ver algo atractivo y agradable a la vista, era hora de refrescar mi visión y ver a la pelirroja con otros estilos.

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