Capitulo802
Al surgir ese pensamiento, Sofía sintió una vergüenza tan intensa que se enrojeció como un tomate. El calor le subía por las mejillas en oleadas, como si alguien hubiera encendido un fuego bajo su piel. Notaba cada latido de su corazón en las sienes, acelerado y fuerte, como un tambor que repicaba con fuerza en su pecho.

Aunque le parecía una completa deshonra —una humillación íntima que jamás admitiría en voz alta—, al no tener novio en ese momento, no tenía más opción que practicar conmigo. —Es solo curiosidad científica—, intentó con timidez convencerse, aunque el nudo en su garganta delataba su profundo nerviosismo.

Con el cautela y nerviosismo, continuó subiendo mi pantalón con extrema cautela.

Poco a poco, hasta mi ropa interior quedó al descubierto.

Y entonces lo vio: aquel abultamiento atractivo en mi entrepierna.

La vergüenza la inundó como una ola voraz, pero junto a ella surgió una curiosidad irrefrenable: ¿Cómo es en verdad el órgano masculino? ¿Cómo puede cambiar de tamaño
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP