Capitulo254
—Doctora María, el médico principal quiere que vaya a verlo. Dije, inventándome la excusa sobre la marcha.

Mi única intención era sacarla en ese momento de ahí lo más rápido posible.

Juan me miró de arriba abajo con desconfianza y preguntó, —¿Y tú quién eres?

—Soy médico residente en el área de Urología.

—¿A quién pretendes engañar? ¿Crees que soy un niño? ¿Desde cuándo un médico residente no lleva bata blanca?

—Hoy fue mi primer día, aún no me han dado la bata.

—¿Tu primer día? ¿Y ya te mandaron a darle mensajes a la doctora? ¿Te crees que nací ayer?

No esperaba que este idiota tuviera un razonamiento lógico tan agudo. Me dejó sin palabras.

Juan me miró fijamente, evaluándome, y me soltó, —Tú debes ser el amante, ¿verdad?

Antes de que pudiera responder, María, con una serenidad casi provocadora, dijo: —Sí, es él.

Me quedé asombrado.

Solo quería ayudarla a salir de esta terrible situación, y ahora ella me estaba metiendo de lleno en el problema.

Abrí la boca par
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