Sin saber por qué, Raúl no podía dejar de sentir que el propósito de Eric no era realmente tan simple.
Parecía como si en realidad no quisiera que Raúl tocara a su esposa, lo que le dejaba una sensación incómoda en el pecho.
Sin embargo, para proteger su empresa y asegurarse de que pudiera continuar su colaboración con Eric, Raúl, aunque lleno de dudas, no se atrevió a decir nada al respecto.
Sonrió como siempre y respondió: —Está bien, ya entendí lo que me dices. En un rato le hablaré a mi hermano.
Después de colgar, su hermano llegó apresurado a la habitación del hospital. Su rostro mostraba una expresión que no era del todo tranquila.
Raúl, con cierta preocupación, preguntó: —¿Qué pasa, hermano? ¿Ha ocurrido algo?
—Óscar, hace un momento Eric me llamó. Dijo que Luna ya lo está presionando demasiado, y que me ha pedido que esta noche logres conseguir a Luna.
Al escuchar esto, el corazón de Óscar se estrujó, como si se hubiera detenido.
¿Acaso no podrían evitarlo?
¿Q